La literatura originaria se comprende con el corazón y en la sensibilidad del alma, nos ayuda a comprender lo que expresa cada uno de los autores y escritores en las más variadas lenguas, en la que plasman su cosmovisión, reflejándolo en los cuentos y poesías. Los resplandores de hermosos pensamientos de todos los tiempos afloran en cada amanecer en las distintas lenguas, con tanta sonoridad, profundidad y belleza que ilumina el sendero escabroso hacia el futuro.
En sus manos se encuentra un ejemplar de este libro, por lo que es la oportunidad de contemplar y disfrutar con la mente las imágenes que proyectan los diversos escritos que contiene esta obra, que reafirma y fortalece el pasado en los más recónditos sentimientos del ser humano y nos hace soñar aflorando con diversas emociones.
Estas imágenes subliminales son fibras que emergen en figuras intangibles de rostros y cuerpos en forma de interconexiones lingüísticas que nos transportan desde nuestros antepasados remotos hasta los brazos de nuestra imaginación actual. No es verdad que en nuestros escritos aparezcan un sinfín de verdades incomprensibles, ni la fácil imagen de un ser mítico, antes bien se aprecia en las obras de los escritores el virtuosismo de los juegos mentales que nos portan a un seguro impacto placentero al leer cada línea plasmada con palabras multiemocionales.
Los creadores son excelentes mensajeros que al llevarnos con sus plumas el trazo de ecos casi olvidados, únicamente en la soledad podemos llenar nuestros sentidos de hilos unidos por una lengua común que nos sirve de puente de comunicación, nos hace mirar hacia nuestro interior y exterior. Las obras de los escritores no se pueden explicar en una sola ocasión, sino hay que escucharlas varias veces y de esta forma viajar por el mundo de la imaginación de los autores.
Ignacio Martínez Morales