Saúl Morán Oropeza
En memoria del Profesor Salvador Cantú Gómez, ex Presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Malinaltepec, Gro., y el Sr. Zoilo Morán Esperidión, anciano principal, ex Comisario del pueblo de La Ciénega.
Los gobiernos anteriores de los tres niveles poco interés mostraron por incentivar con acciones concretas al campo por ser el sector económico de mayor dedicación de las familias guerrerenses e indígenas de la montaña, más del 80 por ciento del PEA trabaja en el campo, es el sector que presenta fuertes contrastes y desigualdades en todos los terrenos. En contraparte se han canalizado grandes inversiones al sector turístico a tal grado que se tienen edificado grandes consorcios y corredores turísticos ( Acapulco, Zihuatanejo y Taxco), en estos paraísos terrenales también son lugares que concentran el comercio ambulante de los indígenas de la montaña y costa chica, orillados a la ruina y pobreza extrema, varias familias salen temporalmente de sus lugares de origen en los meses buenos como le llaman ellos; deambulan en las calles, avenidas y en las playas vendiendo sus productos u otros artículos artesanales provenientes de la región amuzga de Tlacoachistlahuaca y Xochistlahuaca.
La fruticultura es una actividad productiva en la montaña alta y costa-montaña de Guerrero, considerada complementaria a los raquíticos ingresos que obtienen los pequeños productores de la venta de productos agrícolas (maíz, frijol, calabaza, chile, café, Jamaica) genera economía en pequeña escala por los ingresos mínimos que obtienen las familias indígenas en su comercialización a nivel local, enfrenta obstáculos y retos que requieren ser considerados en el diagnóstico de la problemática general que enfrenta el sector agropecuario en el estado de Guerrero.
Su proceso productivo todavía es natural porque no se usan los agroquímicos e insecticidas, sobre todo en las zonas altas las plantas frutales (duraznos, peras, ciruelos, tejocotes, manzanas, nísperos, limón dulce, plátanos, toronjas, etc), su limpia se lleva a cabo de manera tradicional. Las frutas mencionadas son de temporadas empiezan a madurar como el durazno en el mes de diciembre, se llega a vender en la ciudad de Tlapa a $200.00 la caja, hay que pagar $50.00 el transporte, para que no decomisen el producto darles su moche a los del reglamento municipal, el productor le viene quedando $100.00. El mango, la guanábana y la piña se produce en la zona cálido de Tilapa, Tierra Colorada y El Rincón y se cosecha en el mes de mayo y junio, el plátano de diferente variedad se da en todo el año, se vende en pequeño volumen a orillas de la carretera Tlapa-Marquelia.
El 90 por ciento de la producción se echa a perder en las huertas por falta de mercados para su comercialización, el mal estado de los caminos carreteros el transporte para su traslado a los mercados regionales se vuelve muy caro. En los últimos años el cambio climático trajo consigo la abundancia de gusanos, insectos y hongos, algunos son roedores de control de otras plagas, otros contribuyen a mermar el volumen de producción. Referente al proceso de procesamiento para su valor agregado, en la comunidad de La Ciénega a bordo de la carretera Tlapa-Marquelia, km. 52 se tiene construido desde 2007 una bodega de acopio y extracción de jugos de frutas naturales de la región sin operación, se tienen instalada maquinaria y equipo, para su funcionamiento la CFE estableció una tarifa que ni las propias agro-industrias de los estados norte del país tienen.
