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Desde la raíz: Jóvenes poetas en lenguas originarias
Updated: Aug 14, 2021
Introducción y Selección de Susana Bautista Cruz

[La presencia de los actores de los campos intelectuales y literarios en las lenguas originarias ha ido en aumento en las recientes décadas. Los jóvenes nacidos en los años ochenta y noventa integran una nutrida nómina con la que han comenzado a conformarse nuevos campos literarios. Algunos cuentan con varios libros publicados, becas, premios nacionales e internacionales, mientras que otros sólo han publicado algunos poemas en suplementos culturales, revistas o medios digitales. Esta nueva generación de escritores propone una reflexión sobre su etnicidad y la cultura originaria a la luz de temáticas contemporáneas y transculturales que actualmente también son parte de su comunidad.]
Susana Bautista
Sasil Sánchez Chan*
(Maya-peninsular)
Ch’e’en
Téej u tuunichil ka’aj júutij
táan u níikil tuláakal ichil, tu taamile' ku wóojol u wíinkilal ch'e'ench'enkil. Ko'okotspaja’an u suumil tu’ux ku yáalkab u k’i’ik’el u káarrilloile' ku yok'oltik u tu’ubtal ichil tu’ubsajil. Walkila’ chéen u ja’il nukuch’ nu’ukul ku jóok’sa’al.
Ch’e’ebe’, tu’ub ti’kaaj.
Pozo
Las piedras se quebraron y desbarataron,
cayeron todas por dentro,
al fondo se dibujaba el cuerpo del silencio.
Sus venas se fragmentaron
y el carrillo lloraba pudriéndose en el olvido.
Ahora, sólo funciona el agua de recipientes de plástico.
Al pueblo, se le olvidó el pozo.
Ts’ono’ot
Ti’ ts’o’onote’, ku ya’ alik in nool,
najmal u chíimpolta’al éets’taj ku sutulsuuti’,
ku jóok’ol tu kaal úuchben máako’ob,
u beelilo’obe’ tsa’atsaypaj tu taamil u yáalkab
ja’; tuunicho’ob, u káakach baakel kaaj tejkúunsa’abe’, p’éelilchajo’ob tu ja’ajalil tseem.
In noole’, u yojel muuk’e’ ma’ yóok’ kabil u síijili’, sayab u p’áatal wa tu ts’u’ lu’um yaan, wa tu xa’aybejil lu’um ku yáalkab.
Cenote
Al cenote, dice mi abuelo,
hay que respetarle hasta el eco que envuelve,
pues sale de la garganta de hombres pasados,
aquellos que en sus caminos se encontraron en las venas profundas del agua;
las piedras, cascajos de hueso del pueblo,
quedaron impregnadas en su pecho líquido.
Mi abuelo, sabe que la fuerza del pueblo no es superficial,
es perpetua si nace de las entrañas de la tierra
o si corre de las venas del cenote.
Kcháaktal
Yaan u cháakil in wich,
láayli’ xan u cháakil in chiich, in na’, in kiik, je’el máaxak ko’olel. Kcháaktal yóok’ol lu’um, yóok’ol k’aaba’ob, yóok’ol u xéexet’aj wíinkilal, yóok’ol u uláak’ ko’olel. Kcháaktal ti’al kch’ulik tuláakal lu’um tu’ux ka líik’ik u nikte’ilo’ob k’áax.
Llovemos
Las lluvias de mis ojos,
también son las lluvias en mi abuela,
en mi madre, en mi hermana, en cualquier mujer,
llovemos sobre la tierra,
sobre nombres,
sobre fragmentos de lluvia,
sobre otras mujeres.
Llovemos para mojar toda la tierra
y hacer vivir flores silvestres.
*Sasil Sánchez Chan (Xaya, Tekax, Yuc., 1991). Poeta, editora y activista digital, licenciada en lingüística y cultura maya por la Universidad de Oriente. Egresada del Programa de Escritores Mayas del Centro Estatal de Bellas Artes. Su poemario U yóol t’aan (2019) poemario monolingüe forma parte de la colección Caracol de voces. Algunos poemas suyos están publicados en la antología U túumben K’aayilo’ob x-yaáxche’/Los nuevos cantos de la ceiba (2015), La experiencia literaria en lenguas indígenas mexicanas. Creación y crítica (2019). Becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes FECA 2015. Obtuvo el Premio Estatal de la Juventud en la categoría de Preservación y Desarrollo Cultural (2016). Ha sido ganadora de certámenes estatales de poesía como Al Espíritu de la Letra (2016) y Tiempos de Escritura (2020). Coautora en el libreto de Tu cuerpo partido, ópera bilingüe (maya-español) de Germán Romero y Raquel Araujo. Actualmente es editora de K’iintsil del periódico La Jornada Maya.
Flor Deyanira Jerónimo Estanislao
Jñatrjo / Mazahua del estado de México
Pjeñe
Ne nu mi nzháá
nzodú k’a ra maa
jiezgúzú ra ïnjï
Nostalgia
Y si el pasado
camina a mi lado
déjenme soñar
Ïnjï
Trjumbeñe nu sibi
i dyekje ne i dyekjo
kjos’ú o jñúú ts’ita
Sueño
Conciencia de luz
tus manos y las mías
respirando a Dios
Ri yepje
Zinzapjú
Jyarú k’a tüüngero
Ro yepje mimi
Ciclos
revoloteando
soles en mi cádaver
volvía a nacer
Mantra
Mbeñe/ rijuejme / jyombeñe
Pjeñe/ jyombeñe / neme
Rijuejme / mbeña / pjeñe
Jyombeñe / rijuejme / mbeñe
Neme
Neme
Jyombeñe
Mbaxú nu dyinji
D’aja nrrensibi nu trjee
nu ts’onú mi dyekjua
mbedye ne jiezhi
ne jiezhi ra sájá
mura nguarú, k’a ngumú ja je
penzeme
Barrer el camino
Un vientre quema
el cordón antiguo
que emana libre
y libre llega,
por fin, al hogar
donde serpenteamos
Nuba
ambo’o
a tji’i
a jëns’e
a jomú
se nxutri
nrájná sibi
Aquí
adentro
afuera
arriba
abajo
una mujer
flor de luz
Flor Deyanira Jerónimo Estanislao (El Oro de Hidalgo, Estado de Méx., 1991). Es egresada de la carrera de Arte y Diseño por la Universidad Intercultural del Estado de México, con especialidad en textiles tradicionales y pintura. Participó en el taller de creación literaria en lenguas indígenas impartido por Margarita León, del cual surge “Epifanías de la sangre” (2019), publicación digital. Ha participado con poesía bilingüe: mazahua-español en festivales como FLACO (2020) y el Festival Cultural Sinergía (2020). Actualmente es integrante el consejo editorial de la Revista Jñatrjo y es miembro de la Agrupación de Escritores Mazahuas.
Nadia López García
(Tu’un savi / Mixteco, Oaxaca)
Ntakua
Yee tutsi kitsu kúni,
Kusu soko tukanuu,
Yu’ú, kukana ini.
Yee kukana ini nai yu’u
ntí’o koi kachi tu’un ku,
ntí’o koi ntuku’un ini,
ntí’o miki
kutu’vu.
Kachi me patsa’un
yoo se’e savi.
Mee koi ntakuni ntusu ka’mà
savi,
kachi me paa,
Yo’ó
mitu’un yee choko,
káka ya’va,
choko kana kúni
mee koi kunchee.
Corteza
Hay dolores que vienen del pasado,
que reposan en el hombro de la vergüenza,
del miedo, de la tristeza.
hay tristezas que crecen en la boca
de los que ya no hablan su lengua,
de los que la han olvidado,
de los que nunca
la aprendieron.
Dice mi abuelo
que nosotros somos hijos
de la lluvia.
Yo no conozco el sonido
de la lluvia,
dice mi padre.
Aquí
sólo hay hormigas
que caminan en hilo,
hormigas que anuncian un pasado
que no conozco.
[Yaa ii ña’an]
Ná’an kú’ú, ñá’an nikanchii,
ñá’an saa;
ntakóó nta’áku ra tsito na’an
ñuu ra ntii.
Ntakuatu yo ora matuzanu ra patzanu,
kuun ñu’ú
nuu káka, ntuchinuu
kunchee ra nií
yoo kusu ana.
Ká’an tsi sutsa vixi, ruda ra tuyutsa,
ká’an tsi yaa ii kusu
antivi ra yuku.
Ñáán tachi, kaki tsá’a káká ta ‘vi yoo
Ra káki kunchee ichi ñu’ú.
[Mujer sagrada]
Mujer de hierba, mujer de sol,
mujer pájaro;
levanta tus manos y cuida los tiempos
de la vida y la muerte.
Reza por nosotros y los nuestros,
Limpia la tierra
Por donde caminamos, los ojos
Que nos miran y la sangre
Que duerme en nuestros corazones.
Habla con el copal, la ruda y el ocote,
Habla con lo sagrado que duerme
En el cielo y la montaña.
mujer viento, haz ofrenda por nosotros
y vela por el destino del mundo.
Nadia López García (La Soledad Caballo Rucio, Tlaxiaco, Oax., 1992). Poeta, ensayista, promotora cultural y tallerista. Estudió la licenciatura en Pedagogía en la UNAM e hizo una estancia de estudios en la Universidad de Barcelona. Es autora de los poemarios Ñu’u vixo/Tierra mojada (Pluralia Ediciones, 2018), Tikuxi Kaal/El Tren (Almadía, 2019) e Isu Ichi/El camino del venado (Literatura UNAM, 2019). Becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas. Obtuvo el Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Centzontle (2017), el Premio Nacional de la Juventud (2018), el Premio de la Juventud Ciudad de México (2019), el Premio CaSa en la Creación Literaria en lengua mixteca (2020) y una mención honorífica en el Premio Antonio García Cubas 2020, en la categoría de Literatura Infantil. Desde 2018 es miembro de Latin American Studies Association (LASA). Ha participado en distintos recitales, talleres y festivales en México, Colombia, Estados Unidos y Guatemala. Hija de migrantes jornaleros agrícolas, por lo que su infancia y estudios primarios los realizó en el Valle de San Quintín, Baja California.
Sótera Cruz
Diidxazá / Zapoteco del Istmo, Oaxaca
Bicache’ laa’be
Bicache’ laa’be,
ma’ xhadxí’.
Bicache’ laa’be
xhana ca’ guirá’
layú’ rá uyudu’.
Bicache’ laa’be
xhana ti yaga rúdi’
bacaanda neza
rá’ lidxibe’.
Bicache’ laa’be
xhaguete’ luguiaa.
Bicache’ laa’be
rá’ nisado’ Xavicende.
Bicache’ laa’be,
xhaguete’ ti dani.
Bicache’ laa’be,
ne’ guxha laa’be
ndani ladxidúa’.
Bicache’ laa’be,
ndani ti guibá’.
Guti’bee ndani ladxiduá’.
Zee’be ne ca’ dxi’ ca’.
Ma’ qui’ riuuba!
Guti’bee ma’ xhadxí’
ma’ qui nuaa xilase.
Bi ma’ yee’né laa’be,
ne sacá’ca nisado’.
Rácaa biluxhe’bee.
Ne na’,
ma’ qui’
ruuna’dia’ sica biina dxique’.
Lo enterré
Lo enterré,
hace mucho tiempo.
Lo enterré,
debajo de todos los
lugares que visitamos juntos.
Lo enterré,
debajo de un árbol que
daba sombra por su casa.
Lo enterré,
debajo del mercado.
Lo enterré,
en playa Vicente.
Lo enterré,
debajo de un cerro.
Lo enterré.
Y lo arranqué de mis
entrañas.
Lo enterré,
en una tumba.
Murió dentro
de mi corazón.
Su recuerdo se desvaneció
con el tiempo.
¡Ya no duele!
Se murió,
hace mucho tiempo.
Ya no siento melancolía.
El viento lo arrastro.
Las olas del mar
lo arrastraron.
Ese fue su final.
Y yo,
ya no lloro
como antaño tiempo.
Sótera Cruz (Juchitán de Zaragoza, Oax., 2005). Actriz y poeta. Debutó como actriz a los 11 años en el largometraje Guié Xhuba, película bilingüe filmada en Juchitán. Un año después, obtuvo el papel protagónico en la película Xuipi’ Guie’dani / El ombligo de Guie’dani del director Xavi Sala. A partir de este filme, su trabajo ha sido distinguido con la mención especial en la categoría Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Así como la nominación a la Diosa de Plata 2020 como Mejor Actriz. Como poeta, “Bicache’ laa’be” /“Lo enterré” fue acreedor al Primer Premio de Creación en Lenguas Originarias, Gusanos de la Memoria 2020, en la categoría de poesía.
Alfredo Santiago Gómez
Tutunakú – tononaco de la Sierra norte de Puebla
Tatatlalh chiki’
Tima kakgotanun kuxilhwi lakgtlakgalh lhkuyat
mimakni’ chu anta xpulakni chiki’
talakgpuxtamalh mintalakawan
Tima kakgotanun wa takatsanajwa kminpaxtun
kinkawalín, ni kwenta pi xkaxanajma,
xkinkawaniman pi natamakgaxtakga
xlakata namamipalayan kminputama’
Tima kakgotanun xmajikswaliman lhkakna’
chu akxni tsukulh katsisni’ xtatsankan ninín
lilakgaputsa kxkamakgolh malakcha’
Xtakgaxmata lantla xputlhma uun
chu xkutalh likuchun palhma
xkilhkun xa mixni pumalhku
Xakkalimaktlawaman axux
chu wa xastakga kgalhwat tasatajulh
anta kstalanka’ vasu
Tima katsisni’ ni tlikgolh chichakg:
Wa katsisni’nitu tasanimakgolh,
katitaknutamakgxtakgolh anta ktiyat
Kuxilhni’ xpat, xtlakgwanita. Lakatsuku
titsukulh mix xtatlin minmakxpanin
Lantla xakkamapaksan
Lantla liwana xakkatsiw pi ni wa xtakatasa
xuwa chichi’ xalan lakgtsakgamakgalh tajatat
anta kkinchikkan nema maja’ kxputama.
Casa dolida
Esa tarde vimos la fiebre desmantelar
tu cuerpo y en un instante adentro
de la casa tus ojos se deshojaron
Esa tarde el dolor, sin importarle la primavera,
nos hizo estar a tu lado hablándonos de su afán
de quedarse para volverte a meter en la cama
Esa tarde el calor te apretaba
y al inicio de la noche los dientes
de los muertos picaban rígidamente la puerta
Se escuchaba el quejido del viento
y se agrió el té de hierbas
junto al fogón apagado
Te untamos de ajo el cuerpo
y el huevo crudo en un vaso con agua
terminó llorando
Esa noche las ranas no croaron:
antes de que la oscuridad las invitara a salir
decidieron quedarse debajo de la tierra
Te vi recostada, agotada. Se fueron apagando
poco a poco los sones de tus brazos
Cómo devolverte el alivio
Cómo vivir con la inquietud de saber si el aullido
del coyote fue quien masticó la enfermedad
en nuestra casa ya en cama.
Santujni’
Akxni nachin kilinit
nalh ktilitakgatsankgalh wantu niktlawalh,
nak paxtuxakgatlitawilakgoy lakmakgan chiwix
chu nakyaway kinchiki anta tani talakgpaliy kilhtamaku
Akxni nakniy kintatunu’ nakkilikataya kpupuna’,
nakmatsuwiy chuchut chu naklakgxama xmatsat ninín
Makachunta nakán chu lakxtum naktakgosnan uun
tsisa lakum tantuy chichi’
nima pulakgachipamakgolh tantum skaw kkakiwin
Nakkatsay xakgspunin sipi tastunut kilhtamaku,
nakmakgalhakgoy kxmasakgakan spitu chu puklhni’
chu naktalalakgchiy xapaxuwan xtasín chinkala
Lhkgan lhkgan nakgstalanikgoy chichakg anta kgalhwaxni
chu kintachiwin nataslamawkay kxtatlinkan
Akxni nakniy naklakankgoy xkuta chan,
lakatsu nakmakgatokglha xmakan chichini’,
naklikgotnan xchuchut tutsu pulhni’,
naklikgalhkgasa lakgkgalhtsu kgalhpuxum,
nakgakglhtampusa katsisni’, pokgxni’, makgskgot chu jini’
Akxni nakniy lakxtum naktalitsinkgoy
kiwi lakum xlakan talitsinkgoy sen akxni tsuka xpakganin
Akxni nakniy kintalakawanat lakxtum natatlawawnan,
chu wa talipuwan nalh kitikgalhilh xputawilh
anta xatalakgxpulan xnakú laktsu kaman litutunakú
Akxni nakniy naklín anta xapastonkgolo kimputaknun
kimuralh nima kmuujunit xachuchu tachuwin, xatalhtsi’ tachuwin
chu anta naktantumakgan kxtankgaxekg chu kxliwa tiyat:
nakukxa napatstay xkgalhtughokgo kintachuwin kkalinín.
Todos los santos
El día que muera
dejaré de pensar en las cosas que no hice,
tendré tiempo para hablar con las piedras,
edificaré otra casa en el tiempo infinito
Cuando muera iré de huarache a pisar el mar,
menearé las olas y también la sal de los muertos
Como perros que persiguen a un conejo de monte
saldré junto con el viento a correr en las mañanas
Gritaré en la cima de los cerros al mediodía,
espantaré en sus nidos a las aves y las nubes
y tejeré con la araña el hilo de la alegría
Cuando muera brincaré junto con los sapos
hacia el pozo y mi voz se pegará a su canto
Cuando muera me iré con las hormigas rojas,
tocaré de cerca las manos calientes del sol,
beberé el agua diáfana de la neblina blanca,
comeré las pequeñas flores de veinte pétalos;
y atravesaré la noche, el polvo, la luz y el humo
El día que muera moriré a carcajadas
con los árboles como cuando la lluvia los besa
Mis ojos adiestrarán tus pasos cotidianos
y la tristeza ya no tendrá sitio en el corazón
resquebrajado de los niños tutunakú
El día que muera traeré a mi tumba rectangular
un morral lleno con palabras agua, palabras semilla;
las esparciré en las raíces y en la piel del suelo:
veré surcar el cauce de mi lengua en la tierra lejana.
Alfredo Santiago Gómez (Ciudad de México, 1990). Es hablante del totonaco, mejor dicho, tutunakú de la Sierra Norte de Puebla. Pertenece al municipio de Huehuetla, originario de la comunidad de Leacaman Loma. Actualmente estudia Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Es integrante de la editorial Pluralia Ediciones y de la Organización de Traductores Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas (OTIGLI).
Elvis Guerra
Diidxazá / Zapoteco del Istmo, Oaxaca
Ni bizaaca ti muxeyooxho’
Lu iza 1993 na Mariá partera
bicaaguí ti gui’ri’
ne gudxi jñaa ma gule
ti dxapahuiini’ napa xquié.
Lu xhoopa’ iza binebia’ya’
xinaxhi ruaa guendariaana xtubi.
Lu chii ne tobi gunna’ guendarusiaanda’
cadi ti diidxasi nga laa.
Lu chii ne gaayu’ binebia’ya’
yuuba’ ro’ xti guendayeche’.
Lu gande bitiixhe rua’ bichihuana’
ra die’ lu ti nguiiu.
Lu gande ne chupa qui nina’ya’ dia’ ñaa,
qui nina’ya’ nusaana’ yoo ra biniise’
ti guiruti’ rindá zitu pa cadi naaze jñaa na’.
Lu gande ne tapa biaba’:
xilase’,
bi’cu’ rului’ nda ma ze’,
bibigueta’ xti bieque
ne gudó la’na’ bá yanne’.
Lu gande ne gaayu’ gunaxhiee’,
xisi, xtiidxa’ guendaranaxhii,
gasti’ lica gapa ni guinie’.
Lu gande ne xhoopa’ binite xti bieque:
qui ñananiadia’ guira’ ni biziide’
ne ni binetia’
bidiee guira’ ni naca’ ni qui ñanaxhii naa.
Lu galaa gayuaa iza, pa chindaya’,
ribeza’ gaca ti binnigola ique toope’
ni qui ridxaga ruyaa cá ti guidisoo ñee
ni runiibi xa’naru’ ra zizá.
Cronología de un viejo puto
En 1993 na Mariá partera
encendió una vela
y le dijo a mi madre que nació
una niña con pito.
A los seis años ya había probado
el sabor del abandono.
A los once supe que el olvido
no es únicamente un verbo.
A los quince conocí
el “dolor atroz de la felicidad”.
A los viente seguía volteando tazos
con cara de hombre.
A los veintidós me negué a partir,
no quise irme de casa
porque ninguna revolución triunfa sin tu madre.
A los veinticuatro reprobé:
la depresión,
perra que se había marchado
volvió una vez más
para arrancarme el cuello.
A los veinticinco me enamoré,
pero definitivamente, sobre el amor,
en absoluto, nada tengo que decir.
A los veintiséis volví a perder:
no aprendí las reglas del juego
y como siempre
me entregué sin ser correspondido.
A los cincuenta, si es que llego,
espero ser un viejo canoso
que no se cansa de bailar en tacones
y sigue moviendo el culo mientras camina.
Nuu ti Bido’
Nuu ti Bido’qui ridxiichi
pa gusaana gaca ba’duchahui’,
ni qui ridindené naa
pa guidunaxhiee ti nguiiu,
ti Bido’ridii naa xtipa
ti ganda guiree lu neza
ne sayania’ guidisoo cá ñee.
Nuu ti Bido’ qui ridindené naa
pa gunextaache’ ra rinesa binni,
tobi rinanda naa ratiicasi chaa
ne qui ruxidxi pa guieeque’ ra saya’,
ti Bido’ nacha’hui’ biza’ naa sicarú
ti qui guiaadxa’ nguiiu ra nuaa,
ti Bido’ biza’ dé riaquibiaani’
ne rucháni lua’ pa guyaa ne pa guiree
lu neza ti cadi guuticabe naa,
ti Bido’ gunaxhii naa muxe,
ricayabie’que’, gubaana’,
ree rini.
Nuu ti Bido’qui rindaa
dendxu’ yaase’ ne dendxu’ rizá zacasi,
huazaacape’, ti naa naca’ guiropacani,
tobi ni riasa ruyaa
sonyaa rixidxi ra guiluxe saa,
ni gulee ique ca bixidu’ ra radxi tapa
ne runichaahui’ guidi racu ti xquié,
ti Bido’ nuu xpiaani’
bisiidi’ naa guyaa sica ti bidunuyaga,
tobi ni bidii naa guendaruxidxi sicarú
ti qui chu’ nguiiu gabi naa co’,
ti Bido’ nanna gun’da’
ne qui rucá ruaa guini’
ca muxe’ laaca xiiñibe laaca’ ne laaca ziuuca’ guiba’.
Nuu ti Bido’ bisiidi’ naa
gutiee bixuganaya’,
tobi gudxi naa xi naca raca guichiguie’,
tobi bisiga’de’ naa biruba xiña’
ne biza’ naa de beñe
ti qui chu’ bicuini quiide naa.
Nuu ti Bido’ biza’ naa naquiinde,
ique laa, ripapa xpiaani’,
tobi guluu nisa naa
ne guni’ zanda guchaa la’ya’,
tobi qui rinabadiidxa’ pa huara’ya’
pa gu’ya’ nalase’ nuaa,
ne qui ruidxi pa riruaa
ne pa dxa’ bexa lua’.
Nuu ti Bido’zacá,
xisi guiruti’ lade guira’tu zanda gucaa
zanda gucaa diaga ca diidxaca.
Hay un Dios que no se enoja
Hay un Dios que no se enoja,
si me porto mal
uno que no castiga,
si me enamoro de un hombre,
me da fuerza para caminar
en tacones de quince centímetros.
Hay un Dios que no se enfada
si hago el amor en un baño público,
uno que me sigue a todas partes
y no se burla si me ve afeminado,
un Dios generoso que me hizo bonita
para que nunca me falten amantes,
un Dios bueno que inventó el glitter
y me lo echa en la cara
mientras bailo o mientras protesto,
un Dios que no distingue
entre ovejas negras y ovejas putas
y qué bueno, porque yo soy ambas
uno que se atreve a bailar
lucero de la mañana,
uno que inventó los besos de cuatro
y es experto remendando condones,
un Dios ingenioso
que me enseñó a voguear,
uno que regaló una sonrisa,
para que ningún chacal se resista,
un Dios que sabe rapear
y no se traba al decir
que los putos también entran al reino.
Hay un Dios que me enseñó
a pintarme las uñas,
uno que me dio lecciones de papel picado,
uno que me enseñó tulipanes,
y me hizo de barro
para que ninguna mano me desvirgue.
Hay un Dios que me hizo papelera,
inventada, fastidiosa,
uno que me bautizó
y me dio opción de cambiarme el nombre,
uno que me dice que no estoy infectada
si me ve flaca,
ni se burla si me ve gorda
o llena de cicatrices.
Hay un Dios así,
pero ninguno de ustedes
está listo para esta conversación.
Elvis Guerra (Juchitán de Zaragoza, Oax., 1993). Poeta y traductor zapoteca. Sus poemas han sido publicados en diversas revistas y antologías. En el 2015 obtuvo el Premio CaSa Creación Literaria en Lengua Zapoteca con el título “Zuyubu’”/“Buscarás”. Es autor de los libros “Xtiidxa’ ni ze’”/“Declaración de ausencia” (2018); “Ramonera” (Círculo de poesía, 2019), publicado también en Barcelona, España (Traversal, 2020). Como traductor publicó el libro “Guidiladi Yaase’”/“Piel Oscura”, cuentos eróticos al zapoteco (2017). Fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en el Programa Jóvenes Creadores, en los períodos 2016-2017 y 2018-2019. Sus poemas han sido traducidos al inglés, ayöök y sueco.
Publicado en : http://www.puntodepartida.unam.mx/index.php/2462